Archivo de la etiqueta: y

Revolución y transformación

PUNTO Y COMAYair Ademar Domínguez

Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador al señalar que “las dictaduras o las oligarquías no garantizan la paz ni la tranquilidad social”. Lo dijo en el marco del 112 Aniversario de la Revolución Mexicana, una conmemoración muy significativa porque marcó un parteaguas en la historia de nuestro país. Y claro, el presidente actualiza el acontecimiento para referirse a los intereses oligárquicos que siguen dando coletazos en nuestro país, por los grupos de poder que han lucrado siempre con nuestro pueblo.

Otra lección de la Revolución Mexicana, añade “es que los gobiernos democráticos sólo pueden tener éxito si atienden las demandas de las mayorías y, en consecuencia, consiguen a cambio, como recompensa, el apoyo del pueblo”. Y expuso de manera contundente que ningún modelo económico funciona si promueve la esclavitud de unos cuantos por el empobrecimiento de las mayorías.

Con esta visión la Cuarta Transformación de la vida pública del país busca conquistar los derechos que le pertenecen al pueblo y no a los grandes terratenientes, a los hacendados de aquella época que hoy son representados por los hombres del capital, por los ricos y poderosos que se han sentido dueños de nuestro país. Así, la Revolución sigue su marcha, convertida ahora en una transformación que pretende poner al pueblo, a la gente en primer lugar.

En Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, que por cierto presentó su informe de gobierno con gran éxito, dando a conocer la destacada obra social que ha realizado, recordó en sus redes sociales estos hechos históricos, refiriendo el papel que tuvo el General Heriberto Jara Corona. “Veracruz ha sido siempre protagonista de las grandes transformaciones de México. Por eso, solo sin olvidar nuestra historia podremos escribir el presente de nuestro estado. Hoy se vive la cuarta transformación del país y se construye su historia con la participación pro activa de millones de veracruzanos”, asentó.

No hay duda. En Veracruz y en todo México, la 4T tiene un papel relevante en el cambio de paradigma, en la nueva política, en la ola transformadora de las instituciones. Hay que decirlo y repetirlo para que se fije en la conciencia colectiva: los tiempos que vivimos son equiparables a la Revolución Mexicana que puso en marcha una renovación del país hace 112 años. A diferencia de esa época en donde se tuvo que resolver con las armas, hoy se está solucionando desde las instituciones. Sí, desde el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y desde los gobiernos emanados del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se está subvirtiendo el orden de las cosas.

La Revolución, insistimos, vino a cambiar el orden de las cosas establecidas en ese momento, la transformación hoy busca desterrar a los neoliberales, a los grandes señores del capital que han lucrado con el pueblo.

Ni en México ni en Veracruz queremos dictaduras neoporfiristas. La gente ya no quiere oligarquías, gobiernos para unos cuantos. No, la 4T tiene en la cima de su ideología y actuación al pueblo, a nuestra gente, hombres y mujeres libres que se han sumado y que se han convertido en protagonistas de esta transformación que ya nadie para.

Comentarios: Facebook Yair Ademar Dominguez Twitter @YairAdemar

Cuanto más monstruoso es el mal, Dios es la primera víctima

Pbro. José Juan Sánchez Jácome

Las preguntas siempre formarán parte de nuestro caminar en la fe. No es que los cristianos tengamos todas las respuestas a los interrogantes y misterios de la vida, sino que también nosotros regresamos continuamente sobre una serie de aspectos que antes no teníamos dificultad para aceptar y entender.

No hacemos preguntas para descalificar el misterio de Dios, sino para entender de manera más profunda la dinámica de la fe, avanzar en la vida cristiana, fundamentar nuestra vida creyente y saborear más nuestra relación con Dios.

Son muchas las cosas que causan incertidumbre, muchos los aspectos de la fe que generan cuestionamientos profundos y casi siempre bien intencionados. Nos preguntamos sobre la creación, el origen del hombre, el alma humana, la vida eterna y muchos otros artículos de fe que aparecen bien formulados y de manera solemne en el credo cristiano y católico.

Posiblemente una de las preguntas más serias, preocupantes y desconcertantes que nos planteamos tiene que ver con la constatación del mal que hay en el mundo.

Quedamos perplejos y confundidos ante la maldad imperante, ante el mal que vemos y sufrimos todos los días. Nos lastima e indigna la pobreza, las injusticias, la corrupción, la muerte de los niños, el abandono de los hijos, los asesinatos, la violencia reinante y galopante, las guerras y muchas otras amenazas.

Delante del problema del mal no sólo queremos tener una respuesta y tratar de explicar este misterio, sino que muchas veces buscamos la sanación, la paz y la esperanza cuando el mal descarga toda su furia en nuestra realidad personal, familiar, social y eclesial. En esas circunstancias ya sea para nosotros o para los demás quisiéramos sentir a Dios y le pedimos que se haga presente, que intervenga, que no nos deje solos.

Por lo tanto, no es sólo que nos pongamos como teólogos y pensadores tratando de explicar una realidad compleja. Más bien ante este misterio nos ubicamos también como gente contrita, afligida, desolada, zarandeada, confundida, amenazada, doblegada y afectada por las diversas expresiones del mal que hay en el mundo.

Me parece que la pregunta sobre el mal es completamente sincera cuando reconocemos nuestra debilidad e indefensión y nos acogemos a la misericordia de Dios para pedirle consuelo y fortaleza. Cuando la pregunta sobre el mal nos lleva a dialogar con Dios, aun cuando estemos inconformes y manifestemos signos de rebeldía, iremos experimentando la paz y la respuesta del Señor.

Pero debemos estar atentos porque puede suceder que esta pregunta no venga necesariamente de Dios, sino que la ponga el tentador en nuestro corazón para generar mayor escándalo y para llevarnos a desconfiar de los designios de Dios, al grado de querer romper con el Señor.

De acuerdo a como van sucediendo las cosas puede ser que lleguemos a molestarnos con Dios o sentir cierto enfado, lo cual no es malo, lo malo es creer que nosotros tenemos la razón, pensar que Dios no sabe hacer bien las cosas o se ha equivocado en mi vida.

El Cardenal Robert Sarah lo explica con estas palabras: “Dios no quiere el mal. Y, sin embargo, permanece asombrosamente silencioso ante nuestras pruebas. A pesar de todo, el sufrimiento, lejos de cuestionar la Omnipotencia de Dios, nos la revela. Oigo aún la voz de ese niño que, llorando, preguntaba: “¿Por qué Dios no ha evitado que maten a papá?” En su silencio misterioso, Dios se manifiesta en las lágrimas derramadas por ese niño y no en el orden del mundo que justificaría esas lágrimas. Dios tiene un modo misterioso de estar cerca de nosotros en nuestras pruebas, está intensamente presente en ellas y en nuestro sufrimiento. Su fuerza se hace silenciosa porque revela su infinita delicadeza, su amorosa ternura por los que sufren. Las manifestaciones externas no son, obligatoriamente, la mejor prueba de cercanía. El silencio revela compasión, la participación de Dios en nuestro sufrimiento. Dios no quiere el mal. Y cuanto más monstruoso es el mal, más evidente resulta que Dios es, en nosotros, la primera víctima”.

Corte y recorte

Parlamento Veracruz
Juan Javier Gómez Cazarín*

El primero de septiembre nos cayó de perlas la noticia de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación había validado la reforma que aprobamos en el Congreso de Veracruz, en diciembre del año pasado, para recortar a la mitad el dinero público estatal a los Partidos Políticos.

Sin duda, fue una excelente forma de empezar el mes de la Patria: despejando cualquier sombra de disputa jurídica al moche de dinero que le aplicamos a todos los partidos, comenzando por el nuestro. Desde luego, Morena fue el único partido que no impugnó en el Poder Judicial de la Federación la reforma al artículo 50 del Código Electoral para el Estado de Veracruz.

La validación de la Corte echó por tierra los sueños de los líderes de los partidos políticos que sí la hicieron de a tos (o sea, todos los demás). En otras palabras, ya no pueden hacer nada y sólo les toca apechugar la pérdida. ¿Perdió algo la militancia de esos partidos? ¿Perdió algo la democracia en Veracruz? No. Perdieron los bolsillos de los líderes que, como todo mundo siempre ha sabido, le metían la mano al cajón del partido.

El máximo Tribunal se los dijo tan bonito que se los voy a repetir: “la determinación del monto del financiamiento público para actividades ordinarias de los partidos políticos no es un derecho adquirido”. ¡Tómala! O sea que, en una de esas, nos empuja la mano el diablo y hasta le bajamos otro poquito.

Por lo pronto, veracruzanas y veracruzanos nos vamos a ahorrar –tan sólo este año- 176 millones de pesos. Se calcula que en lo que resta del sexenio el ahorro acumule ¡500 millones!

Ese dinero ahora llegará al pueblo de Veracruz en forma de obras y acciones de beneficio colectivo. Se ocupará en inversión necesaria para impulsar el desarrollo de todas y todos, no de un puñado de líderes.

Con esa noticia y, desde luego, con el Informe del presidente Andrés Manuel López Obrador, septiembre empezó de la mejor manera y con mucha energía.

*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.