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Revolución y transformación

PUNTO Y COMAYair Ademar Domínguez

Tiene razón el presidente Andrés Manuel López Obrador al señalar que “las dictaduras o las oligarquías no garantizan la paz ni la tranquilidad social”. Lo dijo en el marco del 112 Aniversario de la Revolución Mexicana, una conmemoración muy significativa porque marcó un parteaguas en la historia de nuestro país. Y claro, el presidente actualiza el acontecimiento para referirse a los intereses oligárquicos que siguen dando coletazos en nuestro país, por los grupos de poder que han lucrado siempre con nuestro pueblo.

Otra lección de la Revolución Mexicana, añade “es que los gobiernos democráticos sólo pueden tener éxito si atienden las demandas de las mayorías y, en consecuencia, consiguen a cambio, como recompensa, el apoyo del pueblo”. Y expuso de manera contundente que ningún modelo económico funciona si promueve la esclavitud de unos cuantos por el empobrecimiento de las mayorías.

Con esta visión la Cuarta Transformación de la vida pública del país busca conquistar los derechos que le pertenecen al pueblo y no a los grandes terratenientes, a los hacendados de aquella época que hoy son representados por los hombres del capital, por los ricos y poderosos que se han sentido dueños de nuestro país. Así, la Revolución sigue su marcha, convertida ahora en una transformación que pretende poner al pueblo, a la gente en primer lugar.

En Veracruz, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, que por cierto presentó su informe de gobierno con gran éxito, dando a conocer la destacada obra social que ha realizado, recordó en sus redes sociales estos hechos históricos, refiriendo el papel que tuvo el General Heriberto Jara Corona. “Veracruz ha sido siempre protagonista de las grandes transformaciones de México. Por eso, solo sin olvidar nuestra historia podremos escribir el presente de nuestro estado. Hoy se vive la cuarta transformación del país y se construye su historia con la participación pro activa de millones de veracruzanos”, asentó.

No hay duda. En Veracruz y en todo México, la 4T tiene un papel relevante en el cambio de paradigma, en la nueva política, en la ola transformadora de las instituciones. Hay que decirlo y repetirlo para que se fije en la conciencia colectiva: los tiempos que vivimos son equiparables a la Revolución Mexicana que puso en marcha una renovación del país hace 112 años. A diferencia de esa época en donde se tuvo que resolver con las armas, hoy se está solucionando desde las instituciones. Sí, desde el gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador y desde los gobiernos emanados del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se está subvirtiendo el orden de las cosas.

La Revolución, insistimos, vino a cambiar el orden de las cosas establecidas en ese momento, la transformación hoy busca desterrar a los neoliberales, a los grandes señores del capital que han lucrado con el pueblo.

Ni en México ni en Veracruz queremos dictaduras neoporfiristas. La gente ya no quiere oligarquías, gobiernos para unos cuantos. No, la 4T tiene en la cima de su ideología y actuación al pueblo, a nuestra gente, hombres y mujeres libres que se han sumado y que se han convertido en protagonistas de esta transformación que ya nadie para.

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Comparecencias 2022.


Parlamento Veracruz.

Juan Javier Gómez Cazarín

Este sábado inició el calendario de comparecencias de servidoras y servidores públicos del gabinete del gobernador Cuitláhuac García Jiménez para la glosa del Cuarto Informe de Gobierno.

Y empezamos con el secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, quien ha estado al lado del Gobernador desde el primer día de su encargo.

Las cuentas que rindió el Secretario coinciden con lo que podemos ver en día a día de Veracruz: un Estado con gobernabilidad, con diálogo, con avances sustanciales en la construcción de la paz, con resultados de gobierno a favor de la ciudadanía, con una administración cercana a las necesidades de la población.

Diputadas y diputados de todos los partidos le preguntaron lo que quisieron y el Secretario les respondió con respeto y con la mejor disposición de aclarar sus dudas.

Por cierto, llamó la atención que está vacante la presidencia de la Comisión Permanente de Gobernación. Era la que ocupaba la diputada Margarita Corro, quien desde el 5 de noviembre preside el Congreso y, por ley, no puede pertenecer a ninguna Comisión. En las próximas sesiones, seguramente, designaremos a quien la supla, pero como esa Comisión, además, tiene Secretario y Vocal de lujo, los diputados Paul Martínez Marie y Genaro Ibáñez Martínez se rifaron sacando muy bien la comparecencia. Mis respetos para los dos.

El intercambio entre Eric Cisneros y las diputadas y los diputados fue un gran comienzo de la glosa del Informe.

En total, serán 15 comparecencias –contando la de Eric- antes de que toque el turno al propio Gobernador del Estado, quien acudirá ante el Pleno la mañana del 15 de diciembre para contestar preguntas de las y los legisladores.

Como ven, serán días de mucha chamba para las y los diputados, quienes tenemos la obligación de desmenuzar el Informe y aclarar cualquier duda que pueda haber sobre su contenido –sin descuidar el trabajo normal de las sesiones ordinarias-.

Las y los invito a seguir las comparecencias en la página de Internet del Congreso, en el Facebook o en Youtube, donde las estaremos transmitiendo en vivo. Por lo pronto, mañana a las 11:00 le toca al secretario de Seguridad Pública, con quien trataremos un tema fundamental para la vida de Veracruz.

Cuitláhuac, cuatro años.

Parlamento Veracruz.

Juan Javier Gómez Cazarín

Mañana, de acuerdo a la Constitución, recibiremos en el Congreso del Estado los tomos impresos que componen el Cuarto Informe de Gobierno de Cuitláhuac García Jiménez.

Pero 24 horas antes de sostener esos documentos en las manos, tengo desde ahora una idea bastante clara de lo que dirá ese Informe.

Y no es por hacerle al adivino. Ocurre que me ha tocado ser testigo de los avances que ha tenido Veracruz al mando del gobernador Cuitláhuac.

El primero de diciembre se cumplirán cuatro años de que el Gobernador rindió protesta del cargo en medio del peor desastre de nuestro Veracruz en las últimas décadas.

Cuitláhuac recibió un Estado hundido en todas las crisis posibles. La crisis de seguridad pública: con más muertos que Irak. La crisis del quebranto de las finanzas: deuda al SAT, a la UV, al IPE, a las personas pensionadas. La crisis de la corrupción de los exfuncionarios viviendo en una fiesta de opulencia: circulan historias de botellas de vino de a 60 mil varos. La crisis de la confianza política de la gente con su Gobierno: policías golpeando personas jubiladas y pensionadas, alcaldes acampando en el Palacio de Gobierno en el 2016 mientras mucha gente revisaba el Facebook para, discretamente, borrar cualquier publicación donde aparecieran con el Gobernador de aquel entonces. La crisis de la inversión privada y los empleos: ¿Qué valiente le iba a meter dinero a semejante Veracruz? La crisis de la decepción: la gente votó por un cambio en 2016 y los “salvadores” salieron tantito peor.

Y si a eso le sumamos la pandemia, tenemos la tormenta perfecta.

A todas esas crisis, Cuitláhuac le entró con valor, firmeza, convicción, dedicación y paciencia. También, hay que decirlo, con la enorme presión moral de saber que Veracruz no soportaría un nuevo desengaño y que el pueblo había confiado en él por representar la causa de la Cuarta Transformación.

Cuatro años después, con el liderazgo de Cuitláhuac, Veracruz ha dado una vuelta de 180 grados.

¿Ya se logró lo que se quería? Pues no. Luego de ser uno de los Estados más peligrosos, ahora somos el séptimo más seguro del país, pero obviamente queremos ser el primero. ¿Ya no debemos dinero? Pues sí. Se han ido pagando deudas, pero todavía nos falta, porque nos dejaron endeudados hasta el cuello. ¿Ya se acabó la corrupción? Seguramente no, pero ahora el Gobernador es honesto y los eventuales actos de corrupción son la excepción y no la norma, además de que estamos a las vivas para sancionar a quien se pase de lista o listo. Sin ir muy lejos, nunca el Congreso del Estado había rechazado dos Cuentas Públicas. Y así con todo lo demás.

En suma, a cuatro años, la regeneración de Veracruz va por buen camino. Bien dice Cuitláhuac: nos llena de orgullo.

Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.

Gobernar por carretera.


Parlamento Veracruz.
Juan Javier Gómez Cazarín

No cabe duda que volando a 11 mil metros de altitud a bordo del avión de la Fuerza Aérea TP01 es difícil ver los baches de las carreteras. Lo mismo ocurre desde un helicóptero Super Puma, de esos que alcanzan hasta 270 kilómetros por hora y tienen un techo de vuelo de 6 mil metros.

Así viajaban antes los Presidentes y, al menos en Veracruz, hasta los Gobernadores (estos últimos en Lear Jet y helicópteros Bell que fue como se nos peló el corrupto de Duarte ¿se acuerdan?).

Pero el presidente Andrés Manuel López Obrador es completamente diferente. Él prefiere volar en aviones comerciales y desplazarse por carretera a pesar de que el destino final de su visita no siempre queda cerca de los aeropuertos a los que llega.

Una vez me tocó ver aquí en Veracruz que el avión lo dejó –porque los vuelos comerciales no esperan ni al Presidente- y se tuvo que regresar por carretera hasta la Ciudad de México después de una gira.

En resumen, Andrés Manuel sí ve los baches, como también ve muchas cosas más de la realidad del país que sólo se perciben cuando uno se mueve por las carreteras y caminos del territorio nacional.

Así fue como la carretera Coatzacoalcos-Minatitlán salió a relucir en la conferencia mañanera del Presidente este lunes. Porque pasó por ahí hace 10 días cuando acudió a supervisar los avances de la modernización de la Refinería Lázaro Cárdenas (tarea encomendada a la siempre confiable secretaria de Energía, Rocío Nahle) y se dio cuenta de las condiciones en que se encuentra el camino ya casi llegando a Minatitlán.

Gracias a esos recorridos por vía terrestre, surgió la instrucción a la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) para arreglar la carretera que es fundamental para la vida económica de la región.

Y, ya de paso, les recomendó también la carretera de Minatitlán a Hidalgotitlán, un compromiso de AMLO del que tampoco se olvida.

Esta última, es parte de un Programa de Caminos Rurales que este año impulsa 13 proyectos en nueve Estados. Y otro proyecto en Veracruz, de este mismo programa, es la carretera de Zontecomatlán a Ilamatlán, en la Huasteca Baja (pegado a Hidalgo).

Estoy convencido de que gobernar por carretera es un signo de la Cuarta Transformación que todos los que formamos parte del movimiento debemos tomar en cuenta para imitar.

El gobernador Cuitláhuac García, por lo pronto, así lo ha hecho en todas las regiones de Veracruz, donde muchas obras de infraestructura a cargo del Estado son testimonio de los nuevos tiempos.

*Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política.

El circo de atracciones

TRINCHERA DE IDEAS

CYNTHIA SANCHEZ

Cuando era una cría hasta mi lejana comunidad rural llegaba una vez al año el circo de atracciones. Montaban la carpa en la cancha del pueblo, donde los domingos se jugaba todo el día infinitas retas, llegaban los tráileres jalando las jaulas de leones desnutridos, changos pulguientos, cebras deslavadas y al final un elefante de ojos llorosos.

Pero en aquel entonces los chiquillos no veíamos la miseria y crueldad escondida bajo el toldo luminoso del circo, solo veíamos las lentejuelas brillantes de mujeres alegres que iban en zapatillas altísimas repartiendo boletos gratis o 2×1 por las calles polvorientas. La gente se entusiasmaba y daba permisos para que el circo usara luz, agua, lo que hiciera falta.

Si tenías suerte, y en casa sobraban unos pesos, podías ir a una función: la música fuerte, el olor a palomitas, el elefante con sombrero en la entrada para la foto del recuerdo, y adentro de la carpa un escenario a media luz donde olía a excremento de caballos y heno. Cuando el presentador iniciaba el show se encendían las luces y con una voz engalanada seducía al espectador e iba presentando una a una las atracciones. Se salía lleno de júbilo, con la gran excitación de los trucos que parecían inverosímiles y a la vez facilísimos, y sin darte cuenta, aunque la entrada había sido gratis, habías gastado más de lo previsto, el jornal de la semana que apenas iniciaría.

Cuando el circo se iba la cancha quedaba destruida, cerros de basura, siempre un transformador de luz averiado, un hueco en el suelo de donde se habían conectado a la toma de agua, y de a poco al pasar de los días se iba diluyendo la emoción y quedaba en el pecho la extraña sensación de haber sido timados.

Hoy vivimos día a día dentro de un circo de atracciones, cada vez más luminosas y asombrosas; suceden todo el día, toda la noche; pasamos de un truco a otro olvidando que afuera está la calle polvorienta o, peor aún, nos hemos ido convirtiendo en una atracción para otros y nosotros mismos. Nos vestimos de lentejuelas y sombreros de copa y sonreímos ante las luces de un escenario que nos consume, tratando de ser lo más redituables posibles para no terminar en la jaula del elefante triste.

Un signo de nuestros tiempos es la mimetización. La imperiosa “necesidad” de ser el cúmulo de patrones establecidos por el sistema. Nos ofertan una amplia gama de personalidades, pero, al fin y al cabo, solo moldes que puedan seguir produciendo.

Todo se vende, todo se compra, todo se consume en el circo del capitalismo. Lo mismo si eres alegre, emprendedor, vivaz, triste, suicida, rebelde; se trivializa la particularidad, se hace mercancía de la diferencia y todos participamos del show de nuestra propia degradación humana.

Con los ojos puestos en las luces del escenario no podemos ver u olvidamos qué caro nos sale mantener al circo, qué desgastante nos sale intentar ser del circo.

Poquísimas veces fui al circo en mi infancia, pero recuerdo que al fondo del escenario había una pesada cortina de donde salían y entraban quienes hacían cada número del show, y por un fugaz momento podías ver, si prestabas atención, al payaso sin sonrisa, al hombre más fuerte del mundo agachado en un rincón, a la mujer más bella del mundo sin peluca, al antes bravo león yendo dócilmente a su jaula… un fugaz momento en que podías ver la estafa de la fantasía.

V

csanchez@diariodexalapa.com.mx

Autonomía energética

PUNTO Y COMA

Por Yair Ademar Domínguez

Así como los neoliberales abandonaron la infraestructura de la Comisión Federal de Electricidad para entregarla al consorcio español Iberdrola, lo que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha defendido a capa y espada, así sucedió con Petróleos Mexicanos, en donde muchas instalaciones fueron olvidadas con la intención de tirarlas a la basura y seguir dependiendo de intereses extranjeros.

Este fin de semana el mandatario mexicano hizo un recorrido por las refinerías de Dos Bocas, Tabasco; Minatitlán, Veracruz; Salamanca, Guanajuato; Tula, Hidalgo y Tampico, Tamaulipas, refrendando que su gobierno va por la autosuficiencia energética, frente a los intereses de los neoconquistadores del país.  

En Tula, Hidalgo, dijo que a esta planta que había sido abandonada, su gobierno le tuvo que meter 2 mil 500 millones de dólares para no dejar que se pudriera y se convirtiera en chatarra. ¿Por qué estamos actuando de esta forma?, preguntó el mandatario retóricamente. “Porque queremos ser autosuficientes. Ya no vamos a seguir con la misma política de vender petróleo crudo, materia prima y comprar gasolinas, porque eso es como si vendiéramos naranjas y compráramos jugos de naranja”, les dijo a los trabajadores.

“Ya no. Vamos a producir en México todas las gasolinas y el diesel que se consume en nuestro país. Para eso era necesario que se acabara con la corrupción porque eso no era una pandemia, eso era una peste, que estaba acabando con México. Ya se tienen que ir los corruptos, sean del sector público o del sector privado o extranjero, a robar a otra parte, ya México no es tierra de conquista”, destacó el Presidente, ante el aplauso público de los trabajadores.

“Como ya no hay corrupción tenemos presupuesto suficiente, porque todo esto no es con crédito, no hemos pedido crédito, no ha aumentado la deuda, todo esto es porque los de antes, los machuchones de arriba no pagaban impuestos. Ya tenemos una hacienda pública fuerte, ya tenemos presupuesto: no necesitamos ni aumentar impuestos ni aumentar el precio de las gasolinas”.

Y al final, ya para terminar su mensaje, reveló que trabaja 16 horas diarias y que por ello, a su gobierno, que le faltan dos años, se convertirán en cuatro, por las jornadas dobles de trabajo. Y aunque el pueblo lo ha pedido y lo pedirá, dijo que no se reelegirá. “No a la reelección, porque yo soy maderista. Acuérdense, sufragio efectivo, no reelección, pero vamos a dejar sentadas las bases, bien fincado el cambio, para que ya no puedan darle marcha atrás”.

“Nunca más un México para una minoría rapaz. Nunca más un México que le dé la espalda al pueblo. Nunca más la corrupción, nunca más el clasismo, nunca más el racismo”, concluyó ante el aplauso de los trabajadores ahí presentes.

Más claro, ni el agua. El trabajo del mandatario mexicano es inédito, no tiene precedente en la historia del país. A pesar de los contratiempos históricos, de las circunstancias mundiales y del hostigamiento de la derecha, su gobierno avanza, va caminando y en esta materia lo que busca es la autosuficiencia, porque en ello estriba nuestra libertad.

Y en ese plano, el sur de Veracruz será estratégico, porque como ya lo hemos señalado aquí, las inversiones que se realizan en las refinerías y el proyecto que ya va en marcha del Istmo de Tehuantepec, están generando una gran derrama económica que se traduce en bienestar para los surveracruzanos.  

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Las cifras duras.


Parlamento Veracruz.
Juan Javier Gómez Cazarín

Las cifras nacionales en materia índices delictivos no mienten. Veracruz está entre las 10 entidades más seguras del país. En delitos generales somos el séptimo lugar más seguro del país y en homicidio estamos en el octavo renglón (con algunas Entidades empatadas) de las más seguras.

¿A qué se debe la insistencia de algunas y algunos por negarlo? Creo que, básicamente, hay dos tipos de personas que expresan recelo del avance de nuestro Estado en materia de seguridad.

Por un lado, están los legítimamente lastimados porque lamentablemente han vivido un delito en carne propia, cerca de su esfera personal o se han enterado de alguno por la elevada repercusión de algún caso muy relevante (la maestra en Xalapa y su nieto, el sastre en Coatzacoalcos).

Es como si yo te digo que las posibilidades de que te alcance un rayo son estadísticamente ínfimas y, de pronto, cae un rayo frente a tu casa o en tu colonia o, incluso, en la ciudad donde vives (y te enteras por las noticias). En tu mente, mi explicación de las estadísticas competirá con la experiencia emocionalmente traumática que has registrado.

Y, por otro lado, desde luego, está la gente de mala fe, subrayadamente políticos del viejo régimen que buscan desprestigiar a Veracruz.

Esos no son para nada legítimos, pero tampoco son muy difíciles de entender. A ellos les carcome el odio hacia la 4T y hacia cualquier logro que sea producto de las nuevas políticas en México, en Veracruz y en la mayoría de nuestros municipios.

Y, justamente, las estadísticas les molestan todavía más. ¿Sabían que de enero a septiembre del 2018 (el último año de Yunes) tuvimos más homicidios que Iraq, a pesar de que aquel país tiene cuatro veces más habitantes y vive una permanente crisis de seguridad nacional? Como dije, los números no mienten.

Con fines políticos, quieren hacernos pensar que vivimos en una ola de violencia que no existe.

La realidad de las cifras duras es que el gobierno de Cuitláhuac García Jiménez está rescatando al Estado de manos de la delincuencia, como ellos lo dejaron. La tarea es ardua, pero el Gobernador le está entrando con valentía y dando resultados.

Diputado local. Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado.

La memoria del olvido

TRINCHERAS DE IDEAS

Cynthia Sánchez

Qué olvidamos cuando olvidamos. Qué pasajes de nuestras vidas permanecen bajo una densa niebla imposible de penetrar mientras otras son como pepitas de luz que relucen a la primera evocación.

El olvido. Qué anhelo humano más recurrente: olvidar, borrar, desaparecer eso que late en nuestra memoria. Todos los días se escapan números, nombres, caras, sucesos; en qué calle pasó qué, en qué año ocurrió tal cosa. Nuestro cerebro archiva nuestras vivencias, les asigna un orden, una importancia, ¿bajo qué parámetro hemos aprendido a desechar recuerdos?

El olvido nos permite en muchos casos seguir, protegernos, darle la vuelta a vivencias que originaron algún trauma; así, confinamos a la oscura fosa de nuestra mente aquello que nos causó dolor físico o emocional, aquello de lo que apenas pudimos sobreponernos.

Sin embargo, el olvido también tiene su memoria, su mapa, su caminito de migas. Las micorrizas de nuestra memoria perdida se extienden bajo la tierra de nuestra conciencia y crean conexiones silenciosas. Así que lo que creemos haber olvidado en realidad late en nuestro subconsciente en espera de manifestarse.

Lo olvidado hace que nos pongamos el pie, que tropecemos con la misma piedra, que deambulemos por laberintos de salidas evidentes; le hemos llamado karma, suerte, mala estrella, fatalidad; es la infinita herida que sangra invisible bajo todos nuestros actos.

Así, tal como en lo personal somos nuestro olvido, en lo colectivo los pueblos también caminamos bajo la inercia de lo que hemos aprendido y desechado.

La memoria olvidada de los pueblos está forjada por siglos de dominación y saqueo, siglos de matanzas, conquistas y esclavismo; en pleno siglo XXI nos movemos bajo el fantasma de pueblo masacrado, sobrevivientes de horrores.

Aprendimos a adorar a nuevos dioses que se alzaron bajo las cenizas de los propios, a seguir e incluso defender leyes que perpetúan el poder de unos pocos que son dueños del capital, a convencernos de que nos sentimos seguros con el Ejército en las calles, el mismo Ejército que en el pasado ha desaparecido y torturado, el mismo Ejército que aún hoy entra a comunidades y violenta. Hemos aprendido a olvidar por sobrevivencia, por miedo.

Pero hay una huella en nuestra memoria de todo aquello que olvidamos y tarde o temprano se manifiesta. Y el síntoma del malestar colectivo es la resistencia, la rebeldía, ese punto en el que nos arrinconan y somos capaces de traer al presente la convicción pasada de que podemos tomar las riendas de nuestra vida y sacudirnos lo que es injusto.

Nuestro mejor síntoma de que somos sobrevivientes de lo atroz es la rebeldía.
La realidad convulsa en la que hoy vivimos nos exige una reconfiguración urgente entre lo que olvidamos y recordamos, y para ello es fundamental cuestionarnos acerca de lo que pasa a nuestro alrededor, analizar, comparar, contrastar, mirar hacia la historia desde la mirada de la resistencia y no del conquistado.

Tenemos que cuestionar nuestras inercias que lastiman y nos lastiman, tenemos que revisar cómo perpetuamos en nuestro día a día formas de poder e intolerancia, tenemos que analizar porqué justificamos la violencia y la crueldad; y a la par, apostarle a la construcción de nuevas formas de relacionarnos desde la empatía y la solidaridad; conjuntar saberes y desarrollar herramientas colectivas para el desarrollo ecosustentable, aprender a cuidarnos y hacer comunidad; conocernos para querernos mejor y querer mejor; hacer de la ternura un ejercicio consciente para nosotros y el otro.

Aprender a resistir mejor, a rebelarnos mejor, a recodar más y olvidar menos.

csanchez@diariodexalapa.com.mx

Es Claudia.


Parlamento Veracruz.
Juan Javier Gómez Cazarín*

Hoy tuve el honor de estar en el Auditorio Nacional, en el IV Informe de Gobierno de nuestra admirada Claudia Sheinbaum.

Confirmé la opinión que ya tenía de ella: es extraordinaria. En su persona, en sus logros, en su compromiso con la transformación del país.

No fue como la mayoría de los Informes de Gobierno, solemnes presentaciones de resultados (que, en el caso de Claudia, son muchísimos).

La neta es que me cuesta trabajo explicárselos. Lo que había hoy en el Auditorio era una energía que flotaba en el ambiente, una vibra positiva, una sensación de fiesta, la impresión de estar viviendo un capítulo de la historia.

Claudia, dueña del escenario. Segura, madura, empoderada. En la plenitud de su vida y de su carrera, transmite la confianza de quien está lista para lo que sigue.

Hoy vimos a una mujer que reúne sobradamente las cualidades personales que se requieren para el servicio público moderno, eficaz y honesto que queremos todas y todos.

Posee la rarísima combinación de una formación técnica de alto nivel –es física, con doctorado en ingeniería ambiental-, la experiencia del paso por encargos complicados de administración –Medio Ambiente de la Ciudad de México, Jefatura en Tlalpan- y la sensibilidad política y coherencia ideológica de quien ha militado en la izquierda toda su vida.

Les platiqué que, hace tres semanas, me hizo favor de invitarme a dar una vuelta por el trolebús elevado que inauguró en Iztapalapa y que es único en el mundo, con siete kilómetros de “segundo piso” exclusivo para el transporte público. Ni en China tienen uno así.

Y así es su aprobación en la Ciudad de México, donde el 61.8 por ciento de sus gobernadas y gobernados aprueban su gestión.

Como muchas y muchos, yo estoy más convencido que nunca: es Claudia.

Ser otro, ¿fantasía o necesidad?

TRINCHERAS DE IDEAS

Cynthia Sánchez

Suena la alarma, suspiramos, nos levantamos, intentamos echar a un lado la desazón de iniciar otro día. Iniciamos la rutina, repasamos los pendientes…

Todos los rostros que topamos en la calle llevan su propio ritmo, su propia agenda, su propio infierno, el propio día a día que en algún punto parece la repetición en espiral de una vida que ya no recordamos cuándo la elegimos, en qué momento llegamos a los roles de los que ahora parece no haber escapatoria.

Qué somos y qué nos define en el marasmo de una cotidianidad atravesada por el sistema económico-político-social vigente pero no por ello menos obsoleto y en degradación.

Cuál es la razón de cada abrir de ojos más allá de ser un engrane del capitalismo, más allá de ser un número en la nómina, más allá de ser un like en las redes, más allá de lo inobjetable, más allá de las apariencias. ¿En qué podría reconocerme?, ¿en quién puedo hacer eco?

¿Qué pasaría si un día andado por la calle me encontrara con otro yo? Alguien que tomó el otro camino, que dijo sí en vez de no, ¿y si fuera cierta la fantasía de ser otro?

En El Hombre Duplicado (José Saramago, Alfaguara. 2003), Tertuliano Máximo Afonso es un gris profesor de literatura de 38 años, sobreviviente de su rutina, acoplado fielmente al devenir de los días, seco de aspiraciones, amoldado al sistema, resignado a que no hay más.

Una mañana, mientas ve una película, descubre que un actor es su copia fiel, y en un arrebato lo investiga, lo encuentra, lo sigue y se da cuenta que es su gemelo idéntico, aunque no lo une lazo de sangre alguno; es solo un clon, una falla de la naturaleza. Pero lo terrible no es que tenga un doble, sino que aquel tiene una vida totalmente distinta.

Como toda novela de Saramago, la historia pone en la mesa la necesidad de reflexionar qué nos da identidad, qué nos hace únicos, cómo se han tejido en nuestro cerebro los códigos que nos hace ser quienes somos.

Y cuestionarnos sobre nuestro ser puede arrojarnos también a preguntarnos, ¿es posible revelarnos de nosotros mismos?, ¿de nuestros patrones, de nuestros vacíos, de nuestros miedos?, ¿podemos salir de la fosa de nuestras oscuridades?, ¿quiénes seríamos si pudiéramos sobreponernos a lo que somos, a lo que nos dijeron que somos?
¿Y si más allá de unidades productivas enajenadas por el sistema pudiéramos ser personas únicas y libres de realizarnos en nuestra verdadera habilidad?
¿Y si más allá de afanarnos en cumplir con estándares para ser objeto de uso y desecho fuéramos libres de expresarnos en nuestra particularidad?

¿Y si más allá de organizarnos de forma piramidal creyendo que avanzar es pasar por encima del otro y mejor le apostamos a las relaciones horizontales, igualitarias, donde cada uno aporte en su capacidad?
¿Y si dejamos de creer que somos de facto seres egoístas incapaces del cambio y nos animáramos a creer que podemos ser solidarios?

¿Quién hubiera querido ser?, le preguntaron a la escritora argentina Silvia Ocampo, “Ser yo misma corregida varias veces por mí misma”, respondió.

Desde un cuarto piso, con la ventana abierta por donde me llega el eco de la ciudad convulsa, me pregunto, ¿quién hubiera querido ser?, ¿hay tiempo?, reflexiono mi respuesta. ¿Y ustedes?

csanchez@diariodexalapa.com.mx